Especialista afirma que pérdida de la felicidad es una de las secuelas del covid-19

Una de las secuelas en personas que han tenido la pandemia puede curarse con una serie de medidas.

ESPAÑA.

La pérdida de la felicidad, como un estado de ánimo de bienestar y satisfacción, formó parte de secuelas que dejó la pandemia a su paso ya que sumió a sectores importantes de la población en la depresión tanto por el encierro como por haber sufrido la enfermedad.

“Evidentemente, el encierro por pandemia fue un factor muy relevante, pero también la reducción de esta sensación de bienestar obedece a secuelas físicas y emocionales que está dejando el virus de covid-19”, explicó.

En la pandemia se dejó de secretar estímulos agradables que otorgan una sensación de placer y bienestar a las personas, añadió tras recordar que la felicidad es tan importante para la salud que la Asamblea General de la ONU decretó el 20 de marzo como el Día Internacional de la Felicidad.

“Para protegerse del Coronavirus, el cuerpo reacciona generando cortisol, hormona que desencadena un proceso inflamatorio para defenderse del virus”.

La complicación devino, agregó la especialista en Terapia Celular, cuando frente al virus desconocido el cuerpo secretó una gran cantidad de la hormona cortisol y dejó de producir otras vinculadas a la felicidad y que favorecen la secreción de neurotransmisores, como la serotonina y la dopamina.

Los pacientes sufrieron un desequilibrio hormonal y una inflamación en sus órganos, que dejó secuelas hoy conocidas como Long covid o covid Persistente.

La fatiga crónica, la ansiedad y la depresión fueron algunos de los síntomas reportados por pacientes tras la infección de covid-19. Así como los problemas digestivos, íntimamente vinculados a los estados de ánimo.

“Estos síntomas pueden durar un par de meses y quitarse solos o bien prolongarse hasta por dos años o ser intermitentes, las investigaciones continúan”.

Afortunadamente, existen diversas formas para ayudar a nuestro cuerpo en su recuperación.

• Tomar el sol: Sobre todo la luz del amanecer es altamente beneficiosa, pues no quema la piel y favorece la producción de vitamina 5-HTP que libera serotonina.
• Meditar: El parar nuestras ideas por al menos unos minutos al día, acompañado de música tranquilizante o en silencio, favorece la producción de endorfinas, encargadas de aliviar el dolor y dar una sensación de bienestar.
• Dormir al menos 6 horas al día: Promueve la secreción de la hormona del crecimiento, la cual ayuda a reducir los síntomas de fatiga crónica.
• Ver videos o películas: Sobre todo aquellas que nos generen risa o emociones positivas, pues favorecen la secreción de neurotransmisores como la serotonina y dopamina.
• Abrazar a nuestros amigos o seres queridos: Favorece la secreción de oxitocina, la hormona del apego, al igual que tener relaciones sexuales, sobre todo con nuestra pareja amorosa.
• Cuidar la microbiota: Nuestro intestino es el segundo cerebro: Recientes investigaciones han demostrado que en éste existe una red de células nerviosas, neurotransmisores y proteínas que intercambian información a través de impulsos eléctricos y señales químicas al cerebro y que impactan en el estado de ánimo, el sueño y la creatividad. En la microbiota gastrointestinal (conjunto de baterías benéficas) se sintetizan los neurotransmisores que conocemos como “hormonas de la felicidad”: serotonina y dopamina.
• Regenerar el cuerpo con células madre: Sustentada en la medicina regenerativa, la infusión intravenosa con células madre (NEOCELL) regenera los tejidos de nuestro cuerpo. Al entrar en el torrente sanguíneo llegan a todos los órganos reparando el daño generado tras la inflamación por covid-19. Y al ser un tratamiento integral, también equilibra el sistema hormonal.
• Nutrir las células: Actualmente, existen fórmulas en sueros vía intravenosos (NEODRIPS) diseñados con combinaciones de vitaminas, minerales y antioxidantes que se aplican vía intravenosa para nutrir las células, desintoxicarlas, equilibrar el sistema hormonal y metabólico. Las fórmulas son ideales para las diversas necesidades: incrementar la energía y vitalidad, reducir estrés y ansiedad, elevar el rendimiento deportivo y deseo sexual, promover el envejecimiento saludable, mejorar el sistema inmunológico, etc.
• Recordar que la felicidad se compone de pequeños momentos de satisfacción y bienestar: Si bien no puede ser un estado de ánimo permanente, sí podemos otorgarle a nuestro organismo los nutrientes que le permitirán disfrutar de la vida y de las etapas felices que ésta nos ofrece.