40 años de arte

El Museo Tamayo se ha convertido en un símbolo del Arte Contemporáneo en América Latina. Ahora está de aniversario y lo celebra con un interesante recorrido.
CIUDAD DE MÉXICO.
Un viaje al pasado y sus raíces con poco más de 400 obras y eso es solo el principio. Entre las obras expuestas se incluyen también ejemplos de la producción que algunos artistas mexicanos realizaron en el extranjero, para dar cuenta de lo que se estaba fraguando más allá de las paredes del museo, trascendiendo la versión de la historia del arte que en su momento nos legó Tamayo.
Desde finales de los años sesenta, del siglo pasado, Rufino Tamayo, comenzó a adquirir obras para conformar una colección de arte contemporáneo internacional. El artista donó esta colección con el objetivo de facilitarle al público mexicano un acercamiento al arte del siglo XX, y con la misma meta, impulsó la creación del Museo Tamayo, el cual albergaría dicha colección.
Para conmemorar el 40 aniversario del Museo Tamayo, llega la muestra Más allá de los árboles que hace un rastreo de aquellos sucesos históricos, políticos y culturales que marcaron los años que abarcan la construcción y apertura del Museo Tamayo (1979 -1981), a través de cinco temas que ocupan todos los espacios del museo.
El primer núcleo recupera algunos acontecimientos de la vida y obra de Rufino Tamayo, más puntualmente su exposición retrospectiva en el Museo Guggenheim de Nueva York en 1979, la cual coincidió con su 80 aniversario de vida. El segundo núcleo, del cual este proyecto toma su título, revisa las complejidades artísticas y sociales detrás de la inauguración de esta institución. A manera de una obra de teatro político en la que cada persona, objeto o vestigio cobra una voz, el artista Erick Meyenberg presenta una composición visual y sonora que revela las narrativas encontradas en el archivo hemerográfico del museo, mismas que confluyeron durante el evento inaugural y que reverberaron a través de su mediatización.

El tercer núcleo explora los criterios de selección que utilizó Rufino Tamayo para conformar la colección fundacional del museo, así como la manera en que éstos dialogan, tanto con el edificio que lo alberga como con la obra del pintor oaxaqueño, y de la manera en que marcan un punto de inflexión entre el modernismo y el periodo que lo sucedió.

El cuarto núcleo hace referencia a la relación entre arte y televisión, tomando como punto de partida los primeros años del museo, entre 1981 y 1986, cuando Televisa financió su administración y programación. Asimismo, es una reflexión sobre cómo los artistas en México y el extranjero hicieron uso de los medios de comunicación masiva para cuestionar sus mensajes, experimentar con la tecnología y encontrar nuevos lenguajes para la creación. El quinto y último núcleo recorre las distintas salas a través de una serie de obras que fueron realizadas entre 1979 y 1981, y que han marcado la pauta de la producción cultural, principalmente en Estados Unidos, Europa y América Latina. Magnífica muestra en la que veremos obras de Francis Bacon, Andy Warhol, Joseph Beuys o David Hockney con un teatro genuino.
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