Revelan razón por la que personas con asma son menos susceptibles al covid grave

Un estudio reveló la razón por la que personas con asma pueden ser menos susceptibles de padecer covid grave.
ESTADOS UNIDOS.
Investigadores de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill (Estados Unidos) han revelado las razones biológicas de cómo se produce la progresión de la COVID-19 y por qué una determinada población de pacientes con asma es menos susceptible de padecer enfermedad grave.
La gran mayoría de las personas infectadas con la variante ómicron del SARS-CoV-2 experimentan síntomas leves parecidos a los del resfriado, síntomas moderados parecidos a los de la gripe o ningún síntoma en absoluto, pero el virus es tan transmisible que aún se propaga profundamente en el tejido pulmonar para causar enfermedad grave e incluso muerte.
No puede decirse lo mismo de los individuos con otras enfermedades, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o el enfisema, que tienen un riesgo muy alto de padecer COVID-19 grave.
Sabíamos que tenía que haber una razón biomecánica por la que las personas con asma alérgica parecían estar más protegidas frente a la enfermedad grave. Nuestro equipo de investigación descubrió una serie de cambios celulares significativos, en particular debido a la IL-13, lo que nos lleva a concluir que la IL-13 desempeña un papel único en la defensa contra la infección por SARS-CoV-2 en ciertas poblaciones de pacientes», explica la autora principal del trabajo, Camille Ehre.
Hay muchos factores de salud que aumentan el riesgo de que una persona sufra COVID-19 grave, incluidas las enfermedades pulmonares crónicas como la EPOC, pero a medida que avanzaba la pandemia, los epidemiólogos descubrieron que las personas con asma alérgica eran menos susceptibles de padecer la enfermedad grave.
Se trata de pacientes con asma causada por alérgenos, como el moho, el polen y la caspa. Para averiguar por qué son menos susceptibles, investigamos mecanismos celulares específicos en cultivos primarios de células epiteliales de las vías respiratorias humanas», apunta Ehre.
Los investigadores utilizaron el análisis genético de cultivos de células de las vías respiratorias humanas infectadas con el SARS-CoV-2 para descubrir que la expresión de la proteína humana ACE2 regía qué tipos de células estaban infectadas y la cantidad de virus que se encontraba en esta población celular (también conocida como carga viral).
A continuación, los científicos utilizaron la microscopía electrónica para identificar un intenso éxodo de virus desde las células ciliadas infectadas, que son células encargadas de mover el moco a lo largo de la superficie de las vías respiratorias.
Los investigadores sabían, por estudios epidemiológicos, que los pacientes con asma alérgica (que se sabe que producen en exceso de MUC5AC) eran menos susceptibles de padecer COVID-19 grave. Ehre y sus colegas también sabían que la citocina IL-13 aumentaba la secreción de MUC5AC en los pulmones cuando los pacientes asmáticos se enfrentaban a un alérgeno.
Los científicos decidieron imitar las vías respiratorias asmáticas tratando las células de las vías respiratorias humanas con IL-13. A continuación, midieron los títulos virales, el ARNm viral, la tasa de desprendimiento de células infectadas y el número total de células infectadas.
Cada uno de ellos se redujo significativamente. Descubrieron que esto seguía siendo cierto incluso cuando se eliminaba el moco de los cultivos, lo que sugiere que había otros factores implicados en los efectos protectores de la IL-13 contra el SARS-CoV-2.
Los análisis de secuenciación del ARN revelaron que la IL-13 regulaba los genes que controlan la síntesis de glicoproteínas, el transporte de iones y los procesos antivirales, todos ellos importantes para la defensa inmunitaria de las vías respiratorias. También demostraron que la IL-13 redujo la expresión del receptor viral, ACE2, así como la cantidad de virus dentro de las células y la transmisión viral de célula a célula.
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